12/01/2016
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espegamos del aeropuerto del Prat a las 10 h y
aterrizamos en Oporto a las 11:45h lloviendo.
Compre un billete de metro de 4 zonas (2,40 €), me subí en el vagón y viaje hasta
la estación 24 de Agosto que es la más
cercana a casa de Sarah. Cuando llegue había salido el sol, solo tardé unos 5
minutos en llegar al piso caminando
desde la estación. Después de dejar la maleta en la habitación, charlamos un
rato. Me recomendó ir a comer al
restaurante Roma, muy familiar y nada turístico, en la calle Rúa
de Santo Ildefonso 273. Pedí ensalada variada y dos cervezas ya que estaba
sediento y de segundo pollo a la
parrilla. Lo sirven en una fuente, troceado y acompañado por un montón de patatas fritas y arroz blanco. Para acabar
una tarta de queso y café. Todo estaba delicioso, y las cantidades eran muy abundantes.
Después de comer me dirigí al café
Majestic, Rúa de Santa Catarina 112, construido en el 1921 de estilo
modernista, una verdadera joya… como el café, que lo cobran a 3 €, pero vale la
pena pagarlos para ver esa maravilla. Después del Majestic, me acerqué a la
estación de San Bento (visita obligada), decorada con más de 20.000 azulejos en
los que se describe la historia de Portugal. Al salir, me dirigí al puente de
Luiz I por la Avenida Don Alfonso Enriques y crucé el Duero por la parte superior del puente que
es para los peatones y el metro.
Desde allí se tienen unas espectaculares vistas de
Oporto y del rio. Si miramos al este
podemos ver la parte antigua de la ciudad, y al oeste, las más conocidas bodegas de vino de Oporto.
En frente de ellas, amarrados en el rio están los rabelos, barcos pequeños de
madera que se usaban para transportar los barriles de vino a los barcos más
grandes esperando ser cargados en el mar.
Hacia las seis empezó la hora azul, pasé a la otra
orilla por la parte inferior del puente
de Luiz I, reservada para coches y peatones, desde allí hice unas preciosas
fotos de la puesta de sol con los rabelos a contra luz y de la estación de San Bento. Ya había
oscurecido cuando llegue al barrio de Sarah y Nuno, y antes de subir a su casa
aproveché para realizar compras en las tiendas cercanas. Cenamos, charlamos
durante 2 horas y comentamos todas las
fotos que había hecho, fue muy agradable.
13/01/2016
Al levantarme tomé un café y salí alrededor de las 9 de la mañana. Sara me recomendó que fuese al mercado de Bolhao. Es un mercado muy antiguo y está viejisimo, cuando entras parece que hayas hecho un viaje en el tiempo.
La mayoría de los puestos son de frutas y verduras, también habían puestos de sábanas y toallas (Prendas típicas por su algodón de calidad). El mercado consta de dos
plantas y es lugar de visita obligada. Al salir, me dirigí a la famosa librería Lello, pasando
por la avenida Dos Aliados que separa en dos Oporto, es como un pequeño valle
en medio de la ciudad. Precisamente ese día se celebraba el 110º aniversario. Había
mucho ambiente, la radio, la televisión, e incluso habían contractado para la ocasión actores que
representaban personajes de la época que repartían unas pastas muy ricas
típicas con copitas de vino Oporto y
también música en directo. La
librería es espectacular, es en la que se inspiró Joanne Rowling, que vivió dos
años en esa ciudad trabajando como profesora de inglés, para ambientar la
librería de la película de Harry Potter. Hay un poco de confusión sobre esa
librería, hay quien dice que es la librería de Harry Potter, pero no se rodó
nada en dicha tienda de libros.
Seguidamente visite la iglesia de los Carmelitas situada cerca del
precioso parque Carlos Alberto. De
vuelta al piso, pasé junto a la Torre Dos Clérigos, aunque no subí. Desde
arriba se puede ver todo Oporto con un ángulo de visión de 360º, a continuación
bajé hasta el casco antiguo a tomar algunas fotos. Para comer me acerque a Casa
Guedes, famosa por hacer los mejores Sandes de Oporto, que son unos panecillos
con jamón al horno. Tienen varios tipos,
yo probé el de jamón, y el de jamón con queso, acompañado con una cerveza bien fría.
Estaba todo riquísimo.
Por la tarde, me quede en casa de Nuno y
Sarah, charlando y cocinando la receta del pollo con manzana, que preparé para
la noche siguiente. Por el contrario el menú de esa noche fue costillas de
cerdo a la parrilla, patatas fritas, arroz blanco, ensalada y, cómo no, cerveza.
14/01/2016
Ese día había pensado visitar las bodegas de vino de Oporto Sandeman, seguramente las más famosas de la localidad. Salí sobre las 10, me dirigí hacia el puente de Luiz Ipor donde se cruza a Vila Nova de Gaia, bajé por la Escada dos Guindais, que es una calle escaleras.
La calle va desde la Muralla Fernandina hasta el
nivel del rio, y la pendiente es tan acusada, y tiene tantos escalones que
nunca se acaban. Tiene su encanto y es
ideal para tomar fotografías del puente
de Luiz I. Una vez abajo, crucé el rio por la parte inferior del puente y
estuve un rato fotografiando los
ravelos, ya que había muy buena luz. Después fui a las bodegas Sandeman que
quedan justo en una placita que hay junto al Duero, pero estaban cerradas.
Pregunte al vigilante si conocía algún restaurante que no fuese turístico en la
zona. Me recomendó el Arco Iris, en la
Rua Candido dos Reis 65 de Vila Nova de Gaia. Es un restaurante familiar y
acogedor. Pedí la sopa de hortalizas, las tripas (una especie de callos muy ricos)
acompañadas por arroz blanco, helado de postre y de beber agua con gas. Creo
recordar que pague unos 7 Euros.
Al salir, compré un ticket para visitar
las bodegas que me costó 6 euros, ello daba derecho a la visita con el guía,
un video y dos copas de Oporto de degustación al salir, una de blanco (fue la primera
vez que supe de la existencia de esa clase de vino) y otra de rojo. Las cavas
son muy interesantes, grandes barriles de madera de roble, ese olor
característico, fue una experiencia positiva. Me llamó mucho la atención el
suelo de la bodega, parecía que fuese de pequeños adoquines de piedra y
realmente estaba hecho de pedazos de laminas de madera de las barricas de
aproximadamente unos 7 x10 cm. Hicimos la ruta, vimos el video pertinente y a
la salida, en la entrada de la bodega, nos sentamos en unas grandes mesas para
degustar las dos copas de Oporto.
A la salida volví a cruzar el rio y decidí
subir con el telesférico a la parte alta de la ciudad. No era barato (2.5 euros),
pero me ahorré una buena caminata y
luego fui a casa de Sarah para tomar una
ducha reparadora y cenar el pollo con manzana que había dejado preparado el día
anterior.
15/01/2016
Como era el último día, decidí tomármelo
con más calma. Me levanté, prepare la maleta y salí de casa sobre las 11. Di
una vuelta por el barrio, un barrio sencillo y encantador, por lo menos, a mi
me gustó, me hizo sentir bien. Sobre las 12:30 fui a comer, por que el vuelo salía
a las 6 de la tarde y no quería retrasarme. Comí de nuevo en el Roma. Pedí
ensalada, de primero y media ración de bacalao a la Roma (bacalao a la brasa
con patatas enteras de esas baby, cebolla y pimiento verde) de segundo. Las
raciones son muy abundantes, de hecho una ración es para dos y media para uno.
Para beber tomé cerveza y de postre piña con Oporto además de un café. La
cuenta no llegó a 15 euros, si miramos calidad/cantidad/precio estuvo
francamente bien.
Después de comer regrese al piso, me
eché un rato a descansar, y después de despedirme de Sarah y Nuno salí hacia el
aeropuerto de regreso a Barcelona. Al final me quedé sin probar las
Francesinhas, preferí probar el bacalao ya que es más típico de Portugal.La
Francesinha según Nuno, es un plato variante de uno típico francés, de ahí su
nombre.
Precios de algunas cosas de cuando
estuve en Oporto:
Café en un bar normal 0.65 €
Café en el Majestic 3 €
Media ración de bacalao 8 €
Billete metro 4 zonas desde el
aeropuerto hasta el centro 2.40 €
Billete funicular de Ribeira a Batalha 2.50 €
Media ración de ensalada 1.70 €
Visita guiada a las bodegas Sandeman con
degustación 6 €